domingo, 15 de febrero de 2015

Nicolás Wiseman


El 15 de febrero de 1865 dejaba de existir en su residencia de Londres el Cardenal Nicolás Wiseman, sevillano y primer cardenal católico de Inglaterra desde 1558 en tiempos de María Tudor.

De orígenes irlandeses, Wiseman nació en Sevilla el 2 de agosto de 1802. Realizó sus estudios formativos en Roma en el Colegio Inglés. De gran inteligencia y erudición, a los 27 años era ya rector del Colegio Inglés, puesto en el que se mantuvo hasta 1840. Erudito y apasionado por la Antigüedad, dedicó mucho esfuerzo al estudio de los manuscritos orientales de la Biblioteca Vaticana. El papa León XII le nombró conservador de los manuscritos árabes del Vaticano, y profesor de lenguas orientales en la Universidad de Roma, pero su vida académica se vio interrumpida cuando el Papa le dio la orden de que predicara a los residentes ingleses en Roma. A partir de ese momento se convirtió en una figura clave para la acción proselitista católica en las Islas Británicas. Gracias a su influencia se produjeron las conversiones de John Henry Newman y Henry Edward Manning.

De esta época romana data el revuelo que provocó la aparición de su novela Fabiola, obra que exalta la fe de los primeros mártires de la Iglesia y que ha sido libro de referencia de jóvenes católicos hasta épocas muy recientes.

Causó notable impacto negativo, porque en aquel tiempo escribir novela estaba mal visto, en especial para los ministros de Cristo. Pero al verse que era una obra piadosa, esa polémica quedó en nada. Al cabo de unos años, su obra se constituyó en “la novela inaugural de temática y época cristiana, a la que seguirían Quo vadis?, Ben-Hur, Los últimos días de Pompeya, todas, al igual que Fabiola, llevadas al cine con posterioridad.

En 1850, Nicolás Wiseman fue nombrado cardenal-arzobispo de la diócesis de Westminster, en Londres. De la labor realizada en Inglaterra ha pasado a la historia como el "restaurador del orden católico en Inglaterra". Cabe reordar que desde hacía tres siglos el anglicanismo perseguía a los católicos, debiendo profesar éstos su fe casi en la clandestinidad. Wiseman consiguió, sin embargo, que la reina Victoria reconociera que tenía súbditos católicos tan fieles como los anglicanos.

El amor por su ciudad lo llevó a regresar a Sevilla entre 1844 y 1845 y fue investido Doctor Honoris Causa por la Universidad de Sevilla, a cuya biblioteca, que denominó la biblioteca de su patria, donó primeras ediciones dedicadas de los libros que había publicado hasta ese momento.

El Cardenal Wiseman murió el 15 de febrero de 1865, a los 62 años de edad. Sus restos mortales reposan en la Catedral de Westminster.